jueves, 14 de noviembre de 2013

Una carta de amor azul

Ya va un mes desde el último adiós y todavía te pienso mucho.
Escribo tu nombre sin querer y todas las noches hablo sola en la ducha mientras lloro.
Todavía me hipnotiza la luna y le pregunto cosas cuando brilla fuerte.
Te sigo esperando y buscando y siempre pero siempre tengo un poco de esperanza, porque es imposible no tenerla, y eso me destroza. Al fin y al cabo muy en el fondo sólo soy una nena enamorada.
Todavía imagino conversaciones con vos, y te sigo inventando como más me gusta: soñador, aventurero y apasionado (aunque no vengas así, es mi imaginación y hago lo que quiero).
Aún revuelvo todo lo que pasó para encontrar respuestas
¿Qué fue lo que pasó?
¿Cómo llegamos acá?
¿En qué momento llegó noviembre y nos encontró separados?
Creo que mi subconsciente en su afán de cuidarme bloqueó todos los recuerdos, para encontrarlos tengo que buscarlos aunque se suelen escapar en los sueños.
Ya no recuerdo los momentos buenos ni los malos, las razones, los sentimientos, tu voz, tus manos, nada.
No recuerdo nada, menos tus ojos verde-mar, imposible olvidarlos.
Esas pupilas pequeñas, el color que variaba con el clima. Podía ver a través de ellos (aunque a veces me traspasaran a mí). Siempre fueron tus traductores, nunca me mintieron. Esos ojos que me destruyen cada vez que se me cruzan, se meten en mí a patadas y me rompen en pedazos.
Ya dejé de mentirme, por suerte. Ya acepté que me hacés mal pero ahora sí me importa, porque me quiero más a mí que a vos.
Intento ocupar mi tiempo en cosas que me hagan no pensar tanto. Salgo bastante y tomo demasiado, no es que solucione algo pero calma un poco el dolor del corazón.
Sigo durmiendo mucho pero casi no como, el nudo en el estómago perdura desde ese mediodía de octubre.
Bailo más que nunca, parece que mi alma se quiere escapar.
Fin de año es una vorágine. Sin tiempo para nada, de aquí para allá, apurada, sin sentido.
Por lo menos ya no me desespero si no me hablás o no nos vemos y eso alivia un poco mi vida.
Estoy planeando las vacaciones, casi es lo único que me importa, es el mismo lugar que planeamos pero sin vos, así que básicamente es otro lugar.
A veces me gustaría hablarte y contarte todo esto, saber como estás, si esto era lo que querías, si estás mejor.
Contarte que te extraño como loca, algunos días más que otros y que te quiero recuperar como persona, un "amigo" para reirme un rato, ver películas viejas y hablar de libros. Pero todavía falta tiempo para eso.
Ya me cansé de escuchar a la gente, que pensando que me hace mejor, me dice "ya fue, olvidalo, no vale la pena", ¿como si fuera tan fácil no? Como si no lo supiera, como si no me doliera en el alma sacarte de mi vida.
En promedio estoy siendo bastante fuerte, pero ya me conocés, soy una romántica empedernida, y hay días que necesito escribirte cartas de amor, como ésta, aunque sean de un amor azul, un amor roto y finalizado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario