viernes, 15 de noviembre de 2013

El amor te elige

"El amor no se elige, te elige… Un día te das cuenta que no soportas vivir sin ella, que cuando estás con ella piensas que dentro de un rato ella se irá y la besas con tanta pasión como si ese beso fuese a parar el tiempo o a darte más minutos con ella. El amor ya te escogió y tu tienes que dejarte llevar. Luego se acaba y cuando pierdes el miedo, vuelve a empezar…"
Julio Cortázar.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Una carta de amor azul

Ya va un mes desde el último adiós y todavía te pienso mucho.
Escribo tu nombre sin querer y todas las noches hablo sola en la ducha mientras lloro.
Todavía me hipnotiza la luna y le pregunto cosas cuando brilla fuerte.
Te sigo esperando y buscando y siempre pero siempre tengo un poco de esperanza, porque es imposible no tenerla, y eso me destroza. Al fin y al cabo muy en el fondo sólo soy una nena enamorada.
Todavía imagino conversaciones con vos, y te sigo inventando como más me gusta: soñador, aventurero y apasionado (aunque no vengas así, es mi imaginación y hago lo que quiero).
Aún revuelvo todo lo que pasó para encontrar respuestas
¿Qué fue lo que pasó?
¿Cómo llegamos acá?
¿En qué momento llegó noviembre y nos encontró separados?
Creo que mi subconsciente en su afán de cuidarme bloqueó todos los recuerdos, para encontrarlos tengo que buscarlos aunque se suelen escapar en los sueños.
Ya no recuerdo los momentos buenos ni los malos, las razones, los sentimientos, tu voz, tus manos, nada.
No recuerdo nada, menos tus ojos verde-mar, imposible olvidarlos.
Esas pupilas pequeñas, el color que variaba con el clima. Podía ver a través de ellos (aunque a veces me traspasaran a mí). Siempre fueron tus traductores, nunca me mintieron. Esos ojos que me destruyen cada vez que se me cruzan, se meten en mí a patadas y me rompen en pedazos.
Ya dejé de mentirme, por suerte. Ya acepté que me hacés mal pero ahora sí me importa, porque me quiero más a mí que a vos.
Intento ocupar mi tiempo en cosas que me hagan no pensar tanto. Salgo bastante y tomo demasiado, no es que solucione algo pero calma un poco el dolor del corazón.
Sigo durmiendo mucho pero casi no como, el nudo en el estómago perdura desde ese mediodía de octubre.
Bailo más que nunca, parece que mi alma se quiere escapar.
Fin de año es una vorágine. Sin tiempo para nada, de aquí para allá, apurada, sin sentido.
Por lo menos ya no me desespero si no me hablás o no nos vemos y eso alivia un poco mi vida.
Estoy planeando las vacaciones, casi es lo único que me importa, es el mismo lugar que planeamos pero sin vos, así que básicamente es otro lugar.
A veces me gustaría hablarte y contarte todo esto, saber como estás, si esto era lo que querías, si estás mejor.
Contarte que te extraño como loca, algunos días más que otros y que te quiero recuperar como persona, un "amigo" para reirme un rato, ver películas viejas y hablar de libros. Pero todavía falta tiempo para eso.
Ya me cansé de escuchar a la gente, que pensando que me hace mejor, me dice "ya fue, olvidalo, no vale la pena", ¿como si fuera tan fácil no? Como si no lo supiera, como si no me doliera en el alma sacarte de mi vida.
En promedio estoy siendo bastante fuerte, pero ya me conocés, soy una romántica empedernida, y hay días que necesito escribirte cartas de amor, como ésta, aunque sean de un amor azul, un amor roto y finalizado.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Juan B. Justo y Santa Fe

Te abandoné en la entrada de la estación Palermo del subte D.
Te dejé parado ahí sin mirar atrás.
Te dejé en medio de esas calles que tanto transitamos, Juan B. Justo y Santa Fe.
Tantas idas y venidas, tantos besos, tantos saludos de bienvenida y adioses,
para terminar en esto: un adiós infinito.
Y ahí te dejé con todo,
Con los bailes a la luz de la luna, las fondues quemadas, los desayunos en la cama, los hoteles baratos de Godoy Cruz, el brillo de los teatros, las colas de los museos, las librerías de calle Corrientes, los cafés con Cheesecake.
Te dejé con nuestros ruidos, con los viajes inconclusos, con los sueños compartidos, con los despertares entre besos, con todos los juegos.
Te dejé con los traumas, los miedos, los llantos, las frustraciones y los desencuentros.
Te dejé tu música, tus manos y tu mirada.
Te dejé mi corazón también, no me sirve más.
Y así me fui,
corriendo,
huyendo lo más rápido posible sin mirar hacia atrás,
sin buscar tu mirada que me seguía por la calle desde la puerta del subte.
En ese sábado de Octubre de luz intensa,
luz especial, naranja Buenos Aires.
Ahí te dejé, con un pedazo de mi alma,
y nunca más volví a esa esquina.
Siempre hago lo posible por evitarla. No podría soportar tanto dolor, tanto peso,
ya bastante me cuesta vivir sin respirar,
vivir sin calor,
vivir sin vos

miércoles, 30 de octubre de 2013

A veces en palabras ajenas encuentro las mías

"Te quise tal y como eras, y jamás querría que fueras de otra manera,
te quise sin comprenderlo todo de vos, convencida que el tiempo me daría la forma de hacerlo; quizá en medio de todo ese amor olvidara a veces preguntarte si me querías hasta el punto de abrazar todo lo que nos separa.
  Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría.
  Que me encanta mirarte y que te hago mío con solo verte de lejos.

  Que me encantan tus lunares y tu pecho me parece el paraíso.
  Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero te quise, y te quiero, aunque estemos destinados a no ser."

martes, 22 de octubre de 2013

No soy La Maga

Nunca quise ser La Maga,
No me metas en este tipo de relaciones, Horacio.
No soporto las relaciones desiguales porque me rompen, no me dejan dormir.
Me molesta tu pedantería, tu poesía, tu estado de constante vagabundeo por la vida.
Aunque prefiera callar, aunque baile frente a los espejos y quiera hablar de música como si supiera de algo, no soy La Maga.
Yo no soy La Maga, así que no te des cuenta que me amás cuando yo esté lejos y vos,
 loco.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Te tengo que dejar

Te tengo que dejar
Te tengo que dejar porque me hacés asquerosamente mal,
vomitivamente horrible.
Sos destructivo, tóxico.
Te tengo que dejar porque sigo esperando las llamadas en respuesta a mis llamadas perdidas.
Porque sigo esperando que me saques a bailar, que me lleves a las exposiciones que nos perdimos. Sigo esperando las miles de películas que ibamos a ver juntos. Sigo esperando los mensajes recordándome que me querés. Sigo esperando que me cuides, que me quieras, que te preocupes. Sigo esperando que cumplas tus promesas.
Sigo esperando (y lo seguiré eternamente) que te enamores de mí, que tus ojos bailen al verme, que tus miradas no me rechacen.
Pero ya me ves..
me prometiste que no me ibas a lastimar, que no me ibas a romper el corazón y acá me ves.
Todas mentiras
Me destrozaste el alma
Me partiste el corazón en mil pedazos y no tengo fuerza de arreglar nada
Me llenaste de odio el cuerpo, odio por parar mi vida por alguien que no iba a detener la suya por mí, odio por perder tanto tiempo ocupándome de no ser feliz, de llenarme de expectativas, de seguir esperando como una boluda. Te odio y me odio, y me odio más por quererte.
Quiero dejarte y no puedo.
Porque te quiero, forro, te quiero demasiado
Y todo es una mierda.
La fe es una mierda, la esperanza es una mierda y el amor sobre todo.
Porque la fe, la esperanza y el amor me hacen creer que vas a cambiar, que me vas a llamar y me vas a querer y tus ojos van a bailar.
Mirá que ilusa!
Cada día me muero un poco y sigo teniendo esperanzas y sigo buscándote y sigo estando al pie del cañón.
Pero no puedo esperar más,
me harté de que todo sea una mierda
Yo era feliz te acordás?
Me cansé y te tengo que dejar.
Quiero amor
Resultó que quería eso, no andar tanteando por ahí
Quiero sentirme querida y única
y que sus ojos bailen
Que el corazón se le salga por la boca cuando vaya a mi encuentro.
Quiero amor, por eso te tengo que dejar.

(fechado en 8 de Octubre de 2013)

El acostumbramiento

No sé
Casi estoy acostumbrada a esto.
A las idas y venidas, los viajes en colectivo eternos, las explosiones emocionales, las uñas mal pintadas, los boletos de tren en la mochila, las noches de escritura y dibujo, música que me hace llorar, semanas de crisis y estudio, que nunca tengas tiempo para nada, buscar libros que hablen de amores frustrados para sentirme identificada, que la plata no me alcance, que mi pelo esté largo, el amor-odio que siento, el estar la mayor parte del tiempo sola, a extrañarte, a los recibos de la SUBE en mis bolsillos, ser una nomequierecomoyoquieroquemequierahólica, sentir que todo es una mierda y se me despedace el alma.
Pero al frío no me acostumbro.
Sí, el frío es lo que más me molesta.
Porque con frío constante sumado al frío que me haces sentir todo es más difícil.
Si fuera frío en el alma acompañado de días soleados es más llevadero.
Aunque no me quieras pero hay Sol, los árboles bailan y los rayitos de luz se cuelan entre las copas de los árboles, la vida sigue siendo hermosa.
Pero frío y frío?
Todo una mierda.
Sigo corriendo,
la vida se va y no vuelve.
Y yo acá, con frío.

No me mires

Me tuve que poner un freno para no morir.
Para no morir de amor,

Para no morir de dolor,
Para no morir a causa de tus ojos.
Vos negaste mi amor y yo me amoldé.
Intento convertirme en una fría piedra sin sentimientos,
para no morir,
para no romperme,
para no fracasar en el amor,
otra vez.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Textos en hoja borrador

Todavía no se habían acostumbrado a todo eso de la relación.
El "tequieroteextraño" sonaba raro en sus labios
Las manos se juntaban torpemente para caminar juntos
Se veían casi por casualidad
Tal vez no hablaban por días y eso estaba bien. Respetaban eso de la libertad y "mi espacio" a la perfección, a veces hasta demasiado.
Se sentían ajenos; -no soy yo el que siente esto, a mi no me pasan estas cosas,
Qué difícil de controlar todo, qué defasaje de tiempos, qué miedo a la seriedad!
Preferían obviar cualquier término que denotara compromiso.
Pero se querían, que es lo más importante,
había naturalidad en sus formas.
Sus encuentros eran efusivos y cariñosos. Podían pasar horas hablando de cualquier cosa mirándose en el espejo del techo de un hotel barato.
Les gustaba que las cosas se dieran solas (aunque a veces es necesario empujar para avanzar)
Hasta los silencios eran agradables, muchas veces lo que no se dice es mucho más que lo que sale por la boca.
Tal vez fueran difícil de entender porque la sociedad impone reglas, pero era su forma de andar, era su forma de funcionar, de levantarse el uno al otro y así estaban bien, mucho mejor que muchas otras grandes parejas respetadoras de normas sociales.
Tal vez fuera que ninguno de los dos asumía el rol que le tocaba o porque, simplemente, jamás se rigieron por reglas.

martes, 3 de septiembre de 2013

Me ahogo

Siempre supe jugar
Siempre mantuve un pie afuera
Con vos no
Salté al vacío y caí
y ahora no sé como salir
Nado en la nada, me ahogo sola.
Perdí el control de todo,
hasta de mi misma.

Esos pecesitos

Y los pecesitos-pupila que bailaban con mis movimientos ya no brillan,
y los besos que me quemaban ya no arden,
y la piel que floreciste con caricias se marchitó.
Y todavía me quedan mis preguntas
huérfanas de respuestas,
Qué hay más allá?
Qué hay detrás de los pecesitos?

Hoy

Era orgullosa de decir
que por vos no había llorado en un colectivo,
que eso no iba a ocurrir.
Hoy lo desmiento avergonzada.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Brujería

Una vez en La Paz,
una vieja bruja me ofreció un amuleto para el amor.
Los dos amantes entrelazados me miraban expectantes.
"No necesito amor, gracias" dije incrédula.
Hoy la pequeña escultura en piedra forma parte de la exposición permanente de mi mesa de luz.
Todos los días le agradezco a la viejita,
y ni loca muevo eso de ahí, no vaya a ser cosa..

lunes, 26 de agosto de 2013

Explotar

Todo pasa tan rápido
Me siento explotar

Cosas raras ocurren de lo que no quiero saber
O exploto o muero
Necesito seguir adelante, sacar todo esto y seguir
O exploto o mi mente colapsa

viernes, 23 de agosto de 2013

El tren

  El tren iba rápido. Nos alejábamos de la ciudad pero de frente a ella. Nuestras manos estaban juntas, el Sol brillaba fuerte, la tarde era tibia. Tenía el alma en paz.
  Miraba por la ventana y sentí tu beso dulce en mi cuello. Era un beso despreocupado, un te quiero mudo, suave. No es necesario decir más.
  No intento buscar palabras para describir todo esto que me pasa, yo ya sé que es, ya me pasó antes: es amor. Los latidos fuertes cuando voy a tu encuentro, la sonrisa grande cuando te veo, la cámara lenta en mi mente cuando te observo para grabar todo, cada detalle está en mi retina. El miedo a perderte, a que no me quieras, a perder la cabeza por vos, a fracasar (otra vez). La ansiedad de sentirte cerca, el quererte como loca sin saber porqué. Es amor.
  Me pregunto todo el tiempo porqué te quiero y no encuentro respuesta y me pongo feliz. Te quiero porque sí, porque el cielo es celeste y el amor es sin sentido o no es.
  Perdoname que arruine todo el juego, ese juego que empezó amaneciendo abrazados un 14 de febrero (irónico no?), pero me enamoré.
  Me enamoré y te amo, y te quiero cerca y me angustio. Porque tengo miedo y quiero compromiso y tirar todo por la ventana y que no puedas vivir sin mí y quiero el mundo también. Quiero todo y lo quiero ya y no puedo esperar.
  Cómo me cuesta enfrentar todo esto carajo! Sí, te amo, bancatela, asumí la responsabilidad que te toca. El amor es droga, de verdad, lo leí hoy, y vos sos la mía.
  Espanté todo pensamiento con una mirada. Te acaricié la cara, sonreí, cerraste los ojos y dormiste.
  Volví a concentrarme en el infinito que corría a través de la ventana.
  Hay calma. Todo está bien cuando miro en tus ojos, hasta la incertidumbre se vuelve simpática.
  -Todo está bien, te quiero- respiré

miércoles, 21 de agosto de 2013

La selva

Amé ese cielo y ese horizonte,
Y ahora todo está tan lejos, difuso.
Me fui? Nos fuimos? Te fuiste?
Desayunos llenos de humedad y jugo.
Tardes de dibujo.
Noches profundas de papas fritas y filosofía barata.
Los ojos en las estrellas y todo un porvenir.
Ahora hay rutina y nada de sorpresas.
Ahora está la vida que elije las responsabilidades y los encuentros taimados.
Ahora está esta lengua llena de peros, manos llenas de puede ser y bolsillos repletos de excusas para explicar lo inexplicable.
Qué estoy haciendo? Es lo que quiero? Me estaré comportando como el burro con la zanahoria?
A donde estamos yendo?
El miedo abunda, tanto como la curiosidad.
Mirá lo que hago! hasta me pongo a llenar el vacío que me invade los sábados a la noche, cuando me agarran escalofríos y te siento lejos, lejísimo y lo único que quiero es hablar sin sentido y la poesía melancólica me sale por los poros y no puedo controlar todo esto que me pasa: la nostalgia y el miedo, el amor y la curiosidad, las inseguridades (siempre las inseguridades), los marcadores y las hojas lisas.
Qué voy a hacer?
Será cuestión de poner un pie al lado del otro y dar el primer paso, tal vez un salto y ver a donde caemos (porque siempre caemos a algún lado). En una de esas me doy cuenta que tengo los brazos libres para agarrarme fuerte a la vida o para aletear bien fuerte y volar lejos.

Siempre la filosofía

Hacía frío y las caricias eran tibias.
Noche y autos veloces.
Filosofía revolucionaria.
¿Llegaríamos a algo?

Los pecesitos-pupila

Me mirás fijo y me sonreís.
Me mirás fijo con esos ojos verdemar y yo me sumerjo en ellos, dejo que me llenen el alma. Me da esa sensación de cuando miro las estrellas: plenitud e intriga. ¿Qué hay más allá? ¿Que hay detrás de esos pecesitos-pupila que se mueven al son de mis caricias?
Quiero saberte, quiero descubrirte. Quiero conocer tus caras y tus mil risas.
Quiero conocer tus fantasmas y que me abracen tus historias.
Quiero ahondar en lo más profundo y dejarte al desnudo, que levantes todos tus velos para que al fin (por fin) deje de apretar mi freno frente al miedo de la costumbre.
Quiero unir tus lunares y formar constelaciones, para después bañarte con una esponja tibia mientras leés en voz alta.
Quiero que la rutina sea la inexistencia de una rutina.
Quiero sacar de la ecuación al miedo y disfrutar de lo bien que me hacés.
Quiero un otoño eterno.
Quiero ser tuya.
Quiero sentirme como una adolescente.
Porque tus ojos me invitan a todo esto, me dejás zambullirme y mi corazón repica de alegría.
Dame la mano, saltemos.

martes, 20 de agosto de 2013

El circo

  Le gustaba buscar "amores", esos que te sacuden un poquito pero al final no son nada.
  Le gustaba ocupar su tiempo planeando una estrategia, ensayando conversaciones que nunca ocurrirían, decorando su casa imaginaria y nombrando los hijos inexistentes.
  Le gustaba creer que eso era amor.
  Le gustaba hablar con sus amigos diciendo: "Este sí, es un dulce de leche", cuando en realidad ya lo había repetido hasta el cansancio y todos terminaban siendo igual.
  La verdad es que ninguno le daba vuelta la cabeza, sólo le gustaba fingir para sentirse un poco más llena, un poco más "tengo a alguien"; intentar tapar ese hueco que tenía en el alma, el que se supone que se llena con amor, pero el amor propio.
  Era todo un circo.
  Tenía que dejar de engañarse.
  Tenía que tener paciencia, ocupar su fuerza y sus ganas en cosas que valieran la pena. Darse tiempo.
  Dejar de repetir una y mil veces los mismos rituales:
  -Ponerlo en la mira
  -Buscarlo
  -Engancharlo
  -Jugar un rato
  -Dejarlo
  -Hacer de cuenta que dolió
  -Superarlo en dos días y medio
 Tenía que cortar con todo, cambiarse el nombre a Lola y generar nuevos recuerdos, sin pasado, sólo futuro. Sacarse el miedo a fracasar, el miedo a estar sola.
  Pararse frente al espejo y desvestirse de preocupaciones, de inseguridades.
  Decirse con credibilidad y firmeza: todo llega.

  Va a salir adelante.
  Después de todo, creo que, muy en el fondo arma toda esta pantomima porque le gusta mucho estar sola

Tengo un hombre

  Galeano una vez me contó que no podía dormir porque tenía una mujer atravesada entre sus párpados; y yo, que no encuentro razón de insomnio , me preguntaba cómo es eso posible. Pero ahora lo sé. Tengo un hombre atravesado en el alma.
  Tengo un hombre que cocina y canta melodías durante. Tengo un hombre que viste camisas celestes que le iluminan sus ojos verdemar profundos como el océano. Tengo un hombre que me saca a bailar en terrazas, canciones inexistentes, en noches de luna llena. Que me llena de miradas y caricias. Que me hace el amor con la ternura del primer beso.
  Tengo un hombre que se acuesta conmigo y me despierta en sus besos. Que me encadena a la cama, me ata con caricias y palabras y me quiere infinitamente. Tengo un hombre que se deja a la libertad de vacaciones en pleno mayo junto a mí.
  Tengo un hombre que encuentra su equilibrio en el desequilibrio de mi vida y de alguna extraña forma, me equilibra.
  Y ahora comprendo a Girondo cuando decía que no se puede hacer el amor más que volando, porque es ahí donde estoy cada vez que siento sus labios en mi espalda, su calor en todo el cuerpo.
  Y ya no puedo dormir, si no es en sus brazos.